E hicieron Moisés y Aarón, como Jehová lo mandó; y alzó la vara, y golpeó las aguas que estaban en el río, ante los ojos de Faraón, quien había de ser testigo de la causa y notar el efecto, y ante los ojos de sus siervos; y todas las aguas que estaban en el río se convirtieron en sangre.

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