Y Moisés extendió su vara, su mano que sostenía su bastón de pastor, hacia el cielo; y el Señor envió truenos y granizo, dio voces acompañadas de granizo, como una revelación más poderosa de su divina omnipotencia. Y el fuego corría por el suelo en forma de relámpago de bola que es particularmente destructivo; y el Señor hizo llover granizo sobre la tierra de Egipto. Es una descripción sublime de una tormenta acompañada de una terrible caída de granizo, causando una devastación como ninguna tormenta común.

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