Y un querubín extendió su mano de entre los querubines, estando ellos en formación apretada, hacia el fuego que estaba entre los querubines y lo tomó y lo puso en las manos del que estaba vestido de lino, que había recibido su mandato directamente. del Señor, que lo tomó y salió para ejecutar el castigo de la quema sobre la ciudad.

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