Diles a los que lo embadurnan con argamasa sin templar que caerá, siendo esta la consecuencia de construir tan inseguramente, aunque no fuera la intención. Habrá un chaparrón desbordante, un chaparrón muy fuerte , un chaparrón; y vosotros, oh grandes piedras de granizo, caeréis, y un viento tempestuoso la romperá, de modo que la débil muralla con sus muchas brechas no podrá resistir bajo el impacto de las fuerzas de la naturaleza convocadas contra ella por Dios. Así se haría evidente el encubrimiento engañoso e hipócrita de la corrupción interior.

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