Vivo yo, dice el Señor Dios, el Soberano Gobernante del universo que hace su juramento más solemne, seguramente, en el lugar donde habita el rey que lo hizo rey, cuyo juramento despreció, rechazando la obligación que le impuso, y cuyo pacto se rompió, aun con él en medio de Babilonia morirá. La revuelta de Sedequías fue un acto de traición y debía ser castigada como merecía.

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