Y todos sus fugitivos con todas sus bandas, incluso los escogidos de sus fuerzas militares, caerán a espada, y los que queden serán esparcidos a todos los vientos, condenados a muerte aunque escapen del primer ataque; y sabréis que yo, el Señor, lo he hablado, amarga experiencia enseñándoles lo que todas las amonestaciones de los profetas del Señor no habían podido cumplir.

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