También heriré Mis manos juntas, así lo declara Jehová, y haré descansar Mi furor, para encontrar satisfacción en llevar a cabo Su venganza. Yo, el Señor, lo he dicho. Jehová sobresale en longanimidad, pero cuando llega la hora de castigar, da rienda suelta a su furia de una manera que no se olvida fácilmente. Es terrible caer en manos del Dios vivo.

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