Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, daré la tierra de Egipto a Nabucodonosor, rey de Babilonia, para que someta la tierra a Caldea; y tomará su multitud, un gran número de cautivos, y tomará su despojo, sus riquezas y provisiones como botín bienvenido, y tomará su presa, para que el país sea despojado de sus riquezas en todas sus formas; y será el salario de su ejército, una recompensa o recompensa bien merecida, ya que su ejército, desconocido para el gobernante pagano mismo, había sido el instrumento de Dios para llevar a cabo su voluntad.

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