Y ve, ve a los cautivos, a los hijos de tu pueblo, a quienes se refería la primera parte de su mensaje, y háblales y diles: Así ha dicho Jehová el Señor; si oirán o dejarán de escuchar. Esta es la actitud que debe caracterizar a los siervos del Señor en todo momento: predicar la Palabra sin importar las consecuencias. El alegato de la necesidad de tacto pastoral, que a menudo hacen los oportunistas, tiende a convertirlo en un manto para proteger la cobardía moral.

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