Pero la casa de Israel no te escuchará, no mostrará interés en el mensaje del profeta, se negará a obedecer; porque no me escucharán, como lo ha mostrado la historia de los últimos siglos; porque toda la casa de Israel es insolente y de corazón duro, literalmente, "de frente y de corazón endurecido son", completamente obstinados y rebeldes. Era necesaria una firmeza inusual al lidiar con esta situación, y esto el Señor proveyó para Su siervo.

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