Y me llevó allá, y he aquí había un hombre, un ser celestial en forma y apariencia de hombre, cuya apariencia era como la apariencia del bronce, brillante, resplandeciente, resplandeciente, como correspondía a este singular Ángel de Jehová, Apocalipsis 1:15 , con un hilo de lino en la mano, usado para medir el sitio, y una caña de medir, más particularmente para la mampostería; y se paró en la puerta, como esperando al recién llegado.

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