Y el Hombre me dijo, en virtud de Su propia autoridad, que es igual a la de Dios mismo, Hijo de hombre, mira con tus ojos y oye con tus oídos, observando con mucha atención con todos los sentidos, y pon tu corazón, con mucha atención, sobre todo lo que te mostraré; porque para que yo pudiera mostrárselos, fuiste traído acá. El propósito de Dios era que Ezequiel viera con sus propios ojos y tomara nota de la explicación relacionada con cada parte del edificio, para que sus propias declaraciones acerca de él pudieran ser precisas y suficientes. Declara todo lo que veas a la casa de Israel, a los hombres de todos los tiempos que profesaron ser miembros del Israel espiritual.

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