El sacerdote no comerá cosa muerta en sí misma, a causa de enfermedad, o despedazada, ya sea ave o bestia, porque el hacerlo contaminaba a todo hombre, tanto más a los sacerdotes de Jehová. "Solo lo que Jehová les da a ellos y a Su Santuario en ofrendas y cuotas, que, sin embargo, nunca deben ser inmundos, les será acumulado; y esto, al mismo tiempo, forma la mejor transición a los premios que siguen". (Ewald .)

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