Y trajo todos los bienes, y también trajo a su hermano Lot, y sus bienes, y también las mujeres y la gente. Así, el pequeño ejército de Abram les quitó todo el botín del enemigo, quien de ese modo, con amor magnánimo, recompensó a Lot con el bien por el mal. Así, la verdadera fe produce un valor santo y es capaz de afrontar y vencer todos los peligros, si la obra que realiza el creyente es una que cuenta con la aprobación de Dios.

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