Y él dijo: He aquí, señores míos, os ruego que pasad a la casa de vuestro siervo, y quedaos toda la noche, y lavaos los pies, y madrugaréis y seguiréis vuestros caminos. Con toda sinceridad, Lot habría considerado un honor que los viajeros se desviaran y entraran en su casa. Eran bienvenidos a hacer uso de las comodidades de su hogar y no los detendría al día siguiente. Y ellos dijeron: No; pero nos quedaremos en la calle toda la noche. Habiendo venido a la ciudad con el propósito de investigar las condiciones a fondo, los ángeles hubieran preferido permanecer en el espacio abierto y amplio justo dentro de la entrada de la ciudad.

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