Y vinieron dos ángeles a Sodoma al atardecer; y Lot se sentó a la puerta de Sodoma. Y Lot, viéndolos, se levantó para recibirlos; y se inclinó con el rostro hacia el suelo. Los dos ángeles, habiendo salido de Hebrón hacia el mediodía, llegaron a la ciudad de Sodoma hacia la puesta del sol. Lot estaba sentado en la puerta, dentro de la entrada arqueada a la ciudad, donde los profundos huecos a ambos lados proporcionaban asientos y donde se realizaban transacciones comerciales y políticas.

Con verdadera hospitalidad oriental, Lot se levantó para recibir a los viajeros que se acercaban, inclinándose hasta el suelo en señal de que podrían considerarlo su sirviente en el asunto de encontrarles un lugar de alojamiento.

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