Y Lea dijo: Dios me ha dado una buena dote; ahora mi marido vivirá conmigo, porque le he dado a luz seis hijos; y llamó su nombre Zabulón (morada). Aunque este relato detallado de las relaciones más íntimas entre Jacob y sus esposas muestra la debilidad y pecaminosidad de sus naturalezas, sin embargo, no era un simple deseo carnal y celos lo que llenaba sus corazones, sino que siempre tenían en mente, más o menos claramente, el Promesa mesiánica y su significado.

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