Y sucedió que cuando Raquel dio a luz a José, Jacob dijo a Labán: Envíame para que vaya a mi lugar y a mi tierra. Los catorce años de servicio de Jacob habían llegado a su fin y, como no consideraba a Mesopotamia su hogar, sino un país extraño, anhelaba volver a su propia tierra, a Canaán. Por eso pidió su destitución.

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