Y ella dijo: He aquí mi sierva Bilha, entra a ella; y ella me dará a luz sobre mis rodillas, para que yo también tenga hijos con ella. Esta no era la manera de la fe, sino el recurso de la carne: los hijos de la esclava de Raquel pertenecerían a su ama, más aún si Jacob, por sugerencia de Raquel, era el padre.

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