Y Jacob envió mensajeros delante de él a Esaú, su hermano, a la tierra de Seir, la tierra de Edom. A medida que la familia de Esaú creció, gradualmente aflojó los lazos que lo ataban al hogar de sus padres, ya que sentía que realmente no tenía parte en la bendición patriarcal. Hizo el desierto de Zin, con el monte Hor, su hogar, cuya parte llana se conocía como los campos de Seir.

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