3. Y Jacob envió mensajeros. Sucedió por la providencia de Dios que Esaú, habiendo dejado a su padre, se había ido al monte de Seir por su propia voluntad; y de esta manera se apartó de la tierra prometida, lo que implicaría que la posesión de la misma quedaría vacía para la posteridad de Jacob, sin derramamiento de sangre entre hermanos. No se podía creer que había cambiado su residencia, ya sea porque estaba obligado por el mandato de su padre o porque estaba dispuesto a ser considerado inferior a su hermano. Más bien, conjecturo que se había enriquecido en gran medida y que esto le indujo a dejar la casa de su padre. Sabemos que las personas profanas y los hombres de este mundo ansían vehementemente las ventajas presentes, de modo que cuando algo se presenta de acuerdo con su deseo, son arrastrados hacia ello con una impetuosidad brutal. Esaú era imperioso y feroz; estaba enojado con su madre; había perdido toda reverencia por su padre y sabía que él mismo también era odioso para ambos. Sus esposas estaban involucradas en contiendas incesantes; le parecía difícil y molesto estar en la condición de un hijo en la familia cuando ya estaba avanzando en edad; porque los hombres orgullosos no se consideran libres mientras alguien tiene preeminencia sobre ellos. Por lo tanto, para vivir su vida libre de la autoridad de los demás, eligió vivir en un estado de separación de su padre; y atraído por esta atracción, despreció la herencia prometida y dejó el lugar para su hermano. He dicho que esto fue hecho por la voluntad divina: porque Dios mismo declara por medio de Malaquías que fue por una especie de destierro que Esaú fue llevado al monte de Seir. (Malaquías 1:3) (101) Porque aunque partió voluntariamente, fue privado de esa tierra que anhelaba fervientemente por el consejo secreto de Dios. Pero, seducido por la lujuria presente del dominio, quedó cegado en su elección; ya que la tierra de Seir era montañosa y abrupta, carente de fertilidad y placentera. Además, parecería un gran hombre al dar su propio nombre al país. Sin embargo, es probable que Moisés haya llamado a ese país la tierra de Edom por la figura de la prolepsis, porque más adelante comenzó a ser así llamada. Ahora surge la pregunta, ¿cómo supo Jacob que su hermano vivía en esa región? Aunque no afirmo nada como cierto, la conjetura es probable de que su madre lo había informado; ya que, en el gran número de sus sirvientes, no faltaría un mensajero fiel. Y se deduce fácilmente de las palabras de Moisés que Jacob, antes de entrar en la tierra, conocía el hecho acerca de la nueva residencia de su hermano. Y sabemos que muchas cosas de este tipo fueron omitidas por Moisés, lo cual puede sugerirse fácilmente a la mente del lector.

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