y allí te alimentaré; porque aún quedan cinco años de hambre; no sea que tú y tu familia, y todo lo que tienes, caigan en la pobreza, se empobrezcan tanto como para sufrir una necesidad real, y sus posesiones sean tomadas por otros. Hacia este mensaje e invitación había tendido todo el discurso de José. Y, como los hermanos aún estaban perplejos, José los instó una vez más a ver la situación correctamente.

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