Y en cuanto a mí, cuando vine de Padan, es decir, Mesopotamia, Raquel murió por mí, ella murió a su lado, compartiendo con él el trabajo y las penurias de la vida de peregrino, en la tierra de Canaán en el camino, mientras estaban de viaje, cuando aún quedaba un pequeño camino para llegar a Efrata; y la enterré allí en el camino de Efrata; lo mismo es Belén, como añade el autor a modo de explicación.

Jacob recibió cierta compensación por el hecho de que al menos tres tribus entre los hijos de Israel trazarían su ascendencia hasta Raquel, su amada esposa. Por lo tanto, su recuerdo se mantuvo sagrado en Israel.

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