Tu salvación he esperado, oh Señor. Este es el grito de anhelo de Jacob en medio de su profecía, porque no solo pide la ayuda del Señor para sus descendientes en esta oración, sino que también confiesa que su propio anhelo de ver al Mesías, como el de Eva, no había sido cumplido, y se da cuenta, en vista del futuro como se revela en sus propias palabras inspiradas, que pasará algún tiempo antes de que el Mesías venga a Su pueblo. No por la salvación de Sansón, sino por la del Mesías, quien debería salvar a su pueblo de sus pecados, su alma anhelaba.

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