Tu salvación he esperado, oh SEÑOR.

He esperado tu salvación, oh Señor. La conexión de esta cláusula con el contexto anterior ha dejado perplejos a los críticos. Algunos sostienen que se trata de una interpolación, pero su autenticidad está atestiguada por los manuscritos y versiones más antiguos. Se han propuesto varias hipótesis para explicarla (Discursos de Sherlock, 6). La mejor parece ser la de Calvino (en "Génesis", libro 1), que piensa que Jacob, previendo, con el ojo penetrante de un profeta, los muchos problemas, peligros y desastres que su posteridad en general, y Dan en particular, iban a sufrir a causa de su propia reincidencia o apostasía, sintió su mente tan angustiada y casi abrumada por la perspectiva, que para su alivio y consuelo se encomendó a las promesas divinas, en cuyo cumplimiento final expresó su confianza.

La Septuaginta aplica extrañamente este verso al jinete del que se habla en, ( Génesis 49:17 ) [kai peseitai ho hippeus eis ta opisoo, teen sooteerian perimenoon kuriou].

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