¿De qué aprovecha la imagen esculpida que su hacedor la ha esculpido, tal confianza es completamente inútil, la imagen de fundición y maestro de mentiras, el ídolo mismo, en quien el hacedor de su obra confía para hacer ídolos mudos? Todo esto es vano y tonto. De ello se desprende, por tanto,

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad