Ahora, por tanto, así el profeta, en conclusión, advierte a los burladores, no seáis burladores, no sea que vuestras ataduras se hagan fuertes, a saber, las cadenas de su sumisión a Asiria; porque he oído de parte del Señor Dios de los ejércitos una tisis, que tenía la intención de una destrucción general, incluso determinada sobre toda la tierra. Por tanto, era necesario un rápido arrepentimiento, para que el castigo del Señor no los consumiera a todos.

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