Tú, Jerusalén, serás visitada, pero con gracia, con miras a la liberación, del Señor de los ejércitos, el poderoso Comandante de los ejércitos celestiales, con truenos, terremotos y gran estruendo, tormentas y tempestades y llamas. de fuego devorador, todas las fuerzas de la naturaleza siendo empleadas por el Señor para derrocar a los invasores altivos.

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