Entonces, después de tales evidencias de arrepentimiento por parte del pueblo, Él dará la lluvia de tu semilla, para que el grano que había sido sembrado tenga una buena plantación, y tú también sembrarás la tierra; y pan de los frutos de la tierra, de todo lo que la tierra produce para alimento del hombre, y será gordo y abundante, lleno de rico sustento. En aquel día tu ganado se alimentará en grandes pastos, en prados cuya extensión y riqueza aseguran abundantes pastos.

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