Entonces él dará la lluvia de tu simiente, y tú sembrarás la tierra; y pan de los frutos de la tierra, y será gordo y abundante; en aquel día tu ganado será apacentado en grandes pastos.

Entonces él dará la lluvia de tu simiente, más bien, 'para tu simiente'. La prosperidad física acompaña a la piedad nacional, especialmente bajo el Antiguo Testamento. La lluvia temprana cayó poco después de sembrada la semilla, en octubre o noviembre; la lluvia tardía en la primavera, antes de la maduración del maíz. Ambos eran necesarios para una buena cosecha.

 Y pan de los frutos, del producto de la tierra.

Y será pan gordo, hecho de la mejor harina de trigo (cf., "la grasa de los riñones de trigo").

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