Sobre la tierra de mi pueblo, que antes había sido una especie de fecundidad sin igual, subirán espinos y cardos; sí, sobre todas las casas de alegría, que abundaban en la ciudad capital, en la ciudad alegre. El Profeta, como en el capítulo 3, tiene en mente a mujeres que nunca han conocido ninguna necesidad, pero que han vivido continuamente en abundancia y lujo. Su propósito era sacarlos de su seguridad en medio de un reposo orgulloso y hacerles comprender la condición en que se encontraba su tierra a causa de los pecados de sus habitantes.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad