Y la obra de justicia, la condición que se produce por la aplicación de la justicia del Señor en todos los asuntos de la Iglesia, será paz, una seguridad que descansa sobre el fundamento de la protección de Dios; y el efecto de la justicia, su recompensa, tranquilidad y seguridad para siempre, una firme confianza en la misericordia y la gracia del Señor.

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