habitará en lo alto, en lugares inaccesibles al enemigo, su lugar de defensa serán las municiones de las rocas, las fortalezas de los montes, donde mora bajo la protección de Jehová; se le dará pan; sus aguas serán seguras, tendrá comida y bebida en abundancia. Así, el profeta dibuja un bosquejo de alguien que, bajo la guía y por el poder de Jehová, no necesita temer el juicio de la ira que vendrá sobre aquellos que se deleitan en la maldad. La descripción hace que el profeta se olvide del sórdido presente y espere con ansias el momento en que la congregación del Señor se compondría enteramente de miembros tan deseables.

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