Y habrá un tabernáculo para sombra de día del calor, Cristo mismo habitando en medio de ellos, y como lugar de refugio y escondite , donde uno pueda esconderse seguro, de la tormenta y de la lluvia; porque Cristo es el Protector de Su Iglesia contra los múltiples peligros que la rodean. De esta manera, el Renuevo del Señor sirve para gloria a Sus elegidos, y los creyentes confían alegremente en Su custodia.

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