Y habrá un tabernáculo - La referencia aquí es al "tabernáculo" o "tienda" sagrada que Dios le ordenó a Moisés que hiciera en el desierto. La imagen del pilar nublado mencionado en los versículos anteriores parece haber sugerido a la mente del profeta la idea del tabernáculo sobre el cual descansaba ese pilar. Sin embargo, la idea principal aquí no es un tabernáculo como símbolo de la protección divina, o de la adoración divina, sino de un lugar de refugio de una tempestad; es decir, que deben estar "seguros" bajo su protección. En los países orientales habitaban principalmente en tiendas de campaña. La idea es, por lo tanto, que Dios les proporcionaría un lugar de refugio, un escondite de la tormenta.

Durante el día por el calor - El calor en esas regiones a menudo era muy intenso, particularmente en las vastas llanuras de arena. La "idea" aquí es, por lo tanto, muy llamativa. Significa que Dios les proporcionaría un refugio que sería como la comodidad derivada de una tienda de campaña en un desierto en llamas.

Para un lugar de refugio - Un lugar al que huir en medio de una tormenta, como lo sería una tienda de campaña.

Un secreto - Un lugar de retiro, un lugar seguro para retirarse. La figura utilizada aquí no se emplea con poca frecuencia en los profetas; Isaías 25:4; Isaías 32:2. En los países orientales, esta idea sería muy sorprendente. Mientras atraviesa las arenas ardientes de un desierto, expuesto a los rayos de un sol tropical, nada podría estar más agradecido que la fría sombra de una roca. Tales figuras son, por lo tanto, comunes en los escritos orientales, para denotar protección y refugio agradable de las calamidades; vea la nota en Isaías 32:2. La idea en estos versículos es:

(1) Que Dios será un defensor de su pueblo.

(2) Que él protegerá a sus familias, y que su bendición será sobre sus moradas; compare la nota en Isaías 59:21.

(3) Pueden esperar su bendición en sus asambleas religiosas.

(4) Dios, a través del Mesías prometido, sería un refugio y defensa.

El pecador está expuesto a la ira ardiente de Dios, y a las tormentas de venganza divina que golpearán para siempre al alma desnuda en el infierno. De toda esta ira ardiente, y de esta tempestad furiosa, el Mesías es el único refugio. Por medio de él, Dios perdona el pecado; y unido a él por fe, el alma está a salvo. Hay pocas imágenes más bellas que esta. Pronto las tormentas de venganza divina golpearán al pecador. Dios lo convocará al juicio. Pero entonces, el que ha huido al Mesías, el Señor Jesús, como el refugio de su alma, estará a salvo. No tendrá nada que temer, y en sus brazos encontrará defensa y salvación.

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