Este pueblo, el Israel espiritual, lo formé para Mí, lo hice Suyo mediante Su actividad creativa y educativa en su favor; manifestarán mi alabanza. Ese es el fin y el objeto de la vida de los cristianos, glorificar al Padre celestial por las obras de su misericordia, como les ha sido capacitado para hacer por la fuerza que les fue concedida a través de su llamado.

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