Y alimentaré a los que te oprimen con su propia carne, para vengar los agravios hechos a su pueblo; y serán embriagados con su propia sangre, como con mosto, en la matanza que Jehová traiga sobre ellos; y toda carne, todos los pueblos del mundo, sabrán que yo, el Señor, soy tu Salvador y tu Redentor, el Fuerte de Jacob, invencible en Su poder. Así, el Señor promete llevar a Sion al conocimiento de Su gracia y amor al impartir Su salvación, mientras que Su juicio sobre los enemigos de Su Iglesia hace que reconozcan Su poder soberano y la fidelidad al pacto.

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