Entonces, es decir, cuando se obtenga esta maravillosa comunión, llamarás, y el Señor te responderá con una pronta ayuda; clamarás pidiendo ayuda a Él, y Él dirá: Aquí estoy, indicando Su presencia y disposición para ayudar con la respuesta habitual. Si quitas de en medio de ti el yugo, quitando toda forma de opresión, extendiendo el dedo, en un gesto amenazador, y hablando vanidad, cosas que resultarían perjudiciales para el prójimo;

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