y si sacas tu alma al hambriento, abriendo su corazón con verdadera misericordia, y sacias al alma afligida, ofreciéndole el alivio deseado, entonces tu luz se elevará en la oscuridad, en medio de las tinieblas de este valle de lágrimas, y tu oscuridad, que parece ser la peor forma de aflicción, sea ​​como el mediodía, llena de la luz gloriosa de la bondad y misericordia de Dios;

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