y el Señor te guiará continuamente, a lo largo de la vida, y saciará tu alma en la sequía, cuando venga un tiempo de escasez espiritual, y engordará tus huesos, fortaleciendo el cuerpo del hombre para la resistencia; y serás como un jardín regado, un parque de frondosa vegetación, y como un manantial cuyas aguas nunca faltan, que no defraudan al viajero al secarse en el momento crucial.

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