Y extranjeros, miembros de las naciones gentiles que se han convertido al Dios verdadero, se mantendrán y apacentarán vuestros rebaños, y los hijos del extranjero serán vuestros labradores y viñadores, proveyendo voluntariamente las necesidades de la Iglesia por medio del el trabajo y el tiempo que dedican al apoyo del ministerio de la Palabra en sus diversas formas.

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