También escogeré sus engaños, distinguiendo y señalando desgracias, y traeré sobre ellos sus temores, toda la miseria que los hombres temen ; porque cuando llamé, pidiéndoles que se arrepintieran, ofreciéndoles las riquezas de su gracia, nadie respondió; cuando hablé, no oyeron, pero hicieron lo malo ante Mis ojos y eligieron aquello en lo que no me complacía. Cf.

Isaías 65:6 Así el Señor expone y reprende la abominación de un culto muerto. Ahora se dirige a los creyentes, a sus hijos, y les anuncia la gloria plena del consuelo evangélico.

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