¿Daré yo al nacimiento y no haré que nazca? para que el nacimiento no se complete, dice el Señor. ¿Haré que engendre y cierre el útero? dice tu Dios. Esta descripción encaja con todas las grandes crisis de la historia de la Iglesia, el nacimiento de la Iglesia cristiana, la reforma de la Iglesia en el siglo XVI. Cuando las tradiciones y costumbres oscurecen la verdadera vida de la Iglesia y dan lugar a una condición de ortodoxia muerta o de falsa enseñanza, el Señor viene con Su poderosa y misericordiosa intervención y produce un renacimiento, que renueva Su Iglesia hasta tal punto que casi la hace una nueva creación. Lo que el Señor ha emprendido una vez, lo lleva a cabo para Su propia gloria y la de Su Iglesia.

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