Por tanto, así dice el Señor, Jehová, el mismo Dios del pacto que todavía buscaba a sus hijos con la misma bondad amorosa de antaño: He aquí, traeré sobre ellos un mal del cual no podrán escapar, del cual tampoco es posible la liberación; y aunque clamen a Mí, no los escucharé, negándoles ayuda y redención, ya que su tiempo de gracia ya había expirado.

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