por tanto, os echaré de esta tierra a una tierra que no conocéis, ni vosotros ni vuestros padres, una tierra completamente ajena a ellos, y allí serviréis a otros dioses día y noche, sin interrupción; donde no te mostraré favor. Ésta es una forma de santa ironía: lo que hicieron voluntariamente en su propio país, se verían obligados a hacer en la tierra de su cautiverio; debido a que abandonaron voluntariamente al Dios verdadero en casa, se les impediría servirle en otros lugares. Al mismo tiempo, el Señor abre ante los ojos de Judá un camino de redención, cuyo pensamiento tenía la intención de evitar la desesperación de su pueblo.

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