Entonces entrarán por las puertas de esta ciudad reyes y príncipes sentados en el trono de David, montados en carros y caballos, siendo el reino restaurado a su antiguo poder y esplendor, ellos y sus príncipes, los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén, participación de todo el país en los beneficios que se le dan a su capital; y esta ciudad permanecerá para siempre, según las promesas hechas a los patriarcas y reyes de la antigüedad.

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