Pero si no me escucháis para santificar el día de reposo y no llevar una carga, incluso entrando por las puertas de Jerusalén en el día de reposo, es decir, si su deliberada profanación del día de reposo continúa, entonces Enciendo un fuego en sus puertas, como el ataque de los enemigos tiene éxito, y devorará los palacios de Jerusalén, y no se apagará. Así, la advertencia del Señor llamó a los judíos al arrepentimiento una y otra vez, porque Él no desea la muerte de los pecadores, sino que quiere que todos los hombres se arrepientan de sus pecados y sean salvos.

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