y traeré sobre ti un oprobio eterno y una vergüenza perpetua, es decir, de parte de todos sus enemigos y de todos los testigos de su ruina, la cual no será olvidada. Un destino similar aguarda a aquellos que en nuestros días siguen deliberadamente el ejemplo de los falsos profetas y se unen a ellos para burlarse y burlarse de los que confiesan la verdad de la Palabra de Dios.

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