El profeta que profetiza de paz, cuando se cumpla la palabra del profeta, entonces se conocerá al profeta que el Señor verdaderamente lo envió. Es decir, el cumplimiento de una profecía como la que había hecho Hananías sería la mejor prueba de que había dicho la verdad. Pero desde el principio, la presunción de verdad está a favor de las profecías de calamidad, ya que están conectadas con el peligro para quien trae el mensaje. Las profecías de buena fortuna pueden ser un halago y tener por objeto proporcionar a su creador condiciones agradables; es necesario, por tanto, esperar resultados antes de aceptarlos.

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