Solo reconoce tu iniquidad, confesando libremente sus transgresiones y su culpa, que te rebelaste contra el Señor, tu Dios, contra quien, en última instancia, se dirige todo pecado, y esparciste tus caminos a los extraños debajo de todo árbol frondoso, vagando de un lado a otro en su apostasía, y no habéis obedecido Mi voz, dice el Señor.

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